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La leyenda del tenis Serena Williams, ganadora de 23 títulos de Grand Slam, vuelve a estar en el centro de la conversación tras protagonizar un video en el que revela haber perdido 14 kilos gracias a las inyecciones de GLP-1, un medicamento para el control de peso. La extenista, que durante su carrera enfrentó constantes críticas por su físico, aseguró sentirse feliz con los resultados y defendió el uso de este tratamiento, del que es inversor su esposo, Alexis Ohanian.
En una entrevista con Vogue, Williams explicó que recurrió al fármaco después de años de intentar sin éxito bajar de peso solo con ejercicio, especialmente tras su segundo embarazo. La exdeportista afirmó que su intención es romper con el estigma en torno a quienes usan este tipo de medicamentos, criticados como una “solución fácil”, y destacó que “a veces, pedir ayuda también está bien”.
Sin embargo, su decisión ha generado polémica entre especialistas en nutrición y endocrinología, quienes advierten que el GLP-1 debe ser recetado únicamente bajo supervisión médica y no como un método estético rápido. Mientras Williams celebra su nueva etapa, el debate sobre la presión estética en las mujeres y el uso responsable de fármacos para adelgazar sigue más vigente que nunca.